Mojar churros en kéfir

" MONO no es ninguna revelación de nada. No es, ni siquiera, un desahogo. Ni una lección, ni una declaración de intenciones." Después de Auswitch... etcétera: Me descojono en la cara de Adorno. "Podéis ir en paz", cierra la misa. Resemantizados en su fe, en su relación con la cruz y la muerte, cada creyente abandona la Casa del Padre para ir a la guerra. Porque la excepción es la paz, interludio entre aconteceres bélicos que significan y amedrantan lo suficiente como para temerla, pero no como para evitarla definitivamente. Mono es Uno. Único. Primero. Donde aún no hay bifurcación, donde se existe completo. Y la guerra, decía Camus, es el fin de la soledad para la mayoría de los hombres. Donde arde el sentido del harapo-bandera y donde entiendes la letra del himno que aprendiste en la escuela. Donde la belleza de un cuerpo muerto, uniformado como el tuyo, que cuelga mecido al viento, como una bombilla pende del techo en una sala de to